Has sido madre de una niña en diciembre y de un libro en enero. ¿Qué te asusta más?
Aunque los dos «partos» me han llenado de miedo y responsabilidad, la publicación del libro es como una terapia de choque para intentar superar el pudor que da ver momentos de tu vida, en cierta manera, al alcance de cualquiera que se decida a leer el poemario.
Pero, bueno, intento llevar la crianza de la hija de carne y del hijo de papel lo mejor que puedo.
Se intuye un poemario muy autobiográfico, si bien parece esquivar el esquema de eje cronológico infancia/adolescencia/universidad… ¿Cómo se llega al orden que al final han tenido los poemas en el libro?
Sí, es un poemario muy autobiográfico, que abarca bastantes años. De hecho, el poema más antiguo tendrá unos 12 años y el más reciente 1 año y medio, más o menos.
La verdad es que no se me pasaba por la cabeza el hecho de publicar, pero todo lo que iba escribiendo lo guardaba en un archivo al que titulé «Kairós», palabra griega que significa momento oportuno, así que en ese archivo han ido entrando y saliendo distintos «momentos» agrupados, en cierta manera, por temática, y cada uno de esos bloques van introducidos por citas de distintos autores.
Da la sensación de que hay muchos motivos marítimos para alguien que vive en una comarca de interior.
La verdad es que el mar, aunque no viva cerca de él, siempre está muy presente en mi vida. Unas veces ha sido el lugar perfecto de disfrute y celebración; y otras, el mejor sitio para desconectar y tomar aire.
Parece que los dos odiamos el mismo día. ¿Por qué crees que el mundo se detiene los domingos?
Los domingos son como un invierno semanal, todo se ralentiza y pierde brillo.
Enfrentas a trabajadores y mendigos con serpientes de traje y corbata. ¿Es la historia de las sociedades la de la lucha de clases?
Sí, una lucha en la que es imposible ser neutral, hay que tomar partido, y en las trincheras de esta guerra yo no comparto el pan con las serpientes.
Probablemente sea ‘Espejo de escarcha’ el poema en el que mejor reflejas esta lucha. 10 versos que resumen siglos de historia.
Sí, puede que sea uno de los poemas en los que mejor se refleja. Recuerdo que la «chispa» que encendió ese texto surgió hace unos años en París, donde me impactó el contraste de las calles más famosas de día y de noche, aunque para ver eso tampoco hay que irse muy lejos, desgraciadamente.
Cumpleaños: ¿motivo de celebración o de ponerse alerta?
Mientras pueda soplar las velas será motivo de celebración.
¿Las miradas a la infancia (heridas en las rodillas, canciones de dibujos animados…) son un tributo o una necesidad?
Un tributo a una infancia bastante feliz, con muchas gasas y esparadrapo.
Imagino que de las citas que empleas se pueden deducir tus influencias. Te voy a preguntar por Ángel González y Ana Pérez Cañamares, pues ambos son citados en dos ocasiones.
Ángel González fue el poeta que me hizo acercarme a la poesía. En 1º de bachillerato mi profesor de griego nos regaló para San Valentín una fotocopia de su poema Me basta así, y nos dijo que no había poema de amor mejor que ese. Recuerdo que su lenguaje y aparente sencillez me atrapó, y gracias a ese poema empecé a leer más poesía.
Ana Pérez Cañamares, junto con Raquel Lanseros, es una de las poetas contemporáneas que más he leído y disfrutado en los últimos años, supongo que por eso la tenía muy presente y aparecen varias citas suyas.
Y ahora por García Lorca y Miguel Hernández, también citados dos veces.
García Lorca y Miguel Hernández son dos de los poetas que más veces he leído y releído y, como el poemario abarca bastantes años, aparecen varias veces.
Cuando supe que «Kairós» iba a ser publicado se me pasó por la cabeza quitar algunas citas por no ser repetitiva, pero al final pensé que debían estar todas las que puse entonces. Son una especie de agradecimiento y modesto homenaje por los momentos leídos y vividos.
¿Hay algo en el cajón? ¿Qué viene después de ‘Kairós’?
Bueno, algo hay del último año y medio, más o menos, pero aún me queda mucho que amasar y dejar que repose.
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