Patrik M. es una erupción. Como el Ave Fénix, emerge del fuego para volver a desangrarse ante nosotros y regresar al carbón donde nació.

El poeta está cómodo en el calor y en la niebla, esperando a los cuervos en la oscuridad; ha dejado de pretender el perdón de un dios que no va a concedérselo y quiere abandonar el ahora. Pero mira hacia atrás, ¿quién no lo hace?

Nos quieren matar

y yo, en la avenida, pregunto por la hermana

de una vecina de mi niñez,

la que me recuerda

como un crío con libros bajo el brazo,

al que iba hacer los dulces navideños.

Aún no sabemos que un día nos vamos

a encontrar, todos, con mi futura mujer e hijo.

No lo sabemos, nadie lo puede saber.

Llegan los rayos de sol y comienza la música ignorando el odio oscuro. Estalla el fuego en sus ojos y toca acordes para evitar el veneno que hierve en la caldera mientras alguien grita su nombre.

Gritó mi nombre,

y yo mantuve el viento y la lluvia.

Me lavé las manos,

pero me siguen temblando.

Sabe, y asume, que pronto llegará el silencio, y baja a escuchar las calles. Quiere respirar, dejar de odiar y recordar, pero olvida y la sangre es dolor que confunde lugares y fechas. ¡Que suene la música!

Su mejor amigo se mató

hace unos años.

Patrik ha tardado

en perdonárselo.

No reconoce la línea que separa su vida de la poesía. Vive una vida inventada y arde sin casa, sin tejado, sin pertenencia. Triste en un tren mientras un cementerio marca los límites del horizonte. Hace calor y hay demonios. Exorcismo.

Me tiñen y enturbian

mi paz y el deleite.

El fuego del límite

se apagará.

Sus ojos dramáticos, sus versos bajo las uñas: hemorragia sobre tierra hirviente como lava. Otro aeropuerto. Patrik llora en un restaurante, ha visto la mueca de dios y el terremoto no llega.

Lucha.

Reconciliación.

Rabia.

Y al fin…

Respiro despacio y de rodillas siento

como las lenguas de fuego lamen mi pecho

y acarician mi corazón.

Vine a buscar la paz aquí.

Vine a encontrar un poco de paz aquí.

*****

«Patrik M. es una experiencia literaria, musical y dramática, que ha sido puesta en escena por Matuška Project como parte de un proyecto multidisciplinar de poesía escrita y visual; una simbiosis artística para espíritus libres capaces de volar en la palabra, la imagen y la música, como un todo».

(Fragmento del prólogo de Mariano Sánchez Soler).