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mestrefotografs.com-Tavernes de la Valldigna

 

Me hago cargo de que es el lugar común de toda entrevista, pero por más que intente evitar la pregunta para alardear de original, tu profesión y tu pasión por las letras me obliga a hacerla: ¿qué tiene El Jinete de la Tormenta de autobiográfica? ¿Qué tienes de Víctor? ¿Y de Esteban / Ricardo? ¿Y de Erika?

En mayor o menor medida comparto aspectos importantes con todos los protagonistas de la novela. Los alter egos, el cambio de identidad y el desarrollo personal a través de los años son temas vehiculares de la novela, de cómo las circunstancias que vivimos nos moldean, transformándonos en personas que quizás nunca quisimos ser. Ellos empiezan en mí, pero pronto toman su propia forma y razón de ser.

Todas las personas plasmadas en El Jinete de la Tormenta tienen algo de mí: la situación laboral de Víctor, su sentido del humor un tanto infantil, el deseo de abstraerse al mundo de Esteban, de vivir rodeado de historias y de libros… Aunque con la que más empatizo es Erika. A veces me estremezco al pensar que, si hubiera tomado un par de decisiones más escoradas de lo habitual, hubiera acabado como ella. Es posible que yo sea Erika en un mundo paralelo, por eso me fue tan fácil dibujarla.

Sobre las situaciones extremas y locas que ocurren en el hotel entre Víctor y Esteban, prefiero que sea el lector quien se imagine cuánto hay de verdad y cuanto de fantasía. Si piensan mal…

Uno de los temas centrales de la novela es el fenómeno best-seller. ¿El Jinete de la Tormenta es parodia o simple estudio/análisis? ¿Eres lector de best-sellers? ¿Cuál ha sido el último que has leído y qué te ha parecido?

Es mi análisis del best-seller en forma de parodia. El humor es la forma de tomarme las cosas en serio, quizás no la mejor, pero es mi forma. Ya lo dijo Cela: «el humor es la coraza con la que unos se defiende en este valle de lágrimas».

Sí, soy consumidor de best-sellers, aunque cada vez menos (hay tanto y tan bueno que leer fuera de los circuitos comerciales que no tengo tiempo). Los alterno con lecturas de otra enjundia. A lo largo de El Jinete de la Tormenta, entrelíneas de sus diálogos y acciones, se abre un debate acerca de cuáles son las mejores lecturas. Cada protagonista tiene sus preferencias. Es un debate abierto sin conclusión alguna, porque cada uno elige lo que quiere y lo que le viene bien.

Sobre los últimos libros que he leído, ¿Es el Quijote un best-seller? ¿o un long-seller? Sea lo que fuere, es una obra maestra, el ABC de las historias que hay que releer cada cierto tiempo. Lo siguió Aunque caminen por el Valle de la Muerte (Álvaro Colomer), novela basada en hechos reales sobre la guerra de Irak, El hombre más buscado (Le Carré) de espionaje y, una vez más, leí El Demacre (Juan Muñoz Flórez), una thriller policíaco-canalla narrado en primera persona como falsa biografía y ambientado en Madrid. Me vuelve loco esta novela. En el coche o en la zamarra siempre llevo historias que me permiten evadirme, en cuanto tengo oportunidad, de lo que me rodea. Ahora voy con un par de poemarios que te sonarán: Home, de Lujo Berner y Made in la Bestia, de Saúl Lozano. Hace poco leí Trazos en falso y Cuentos grises, tengo que reconocer que tienes buen tino en lo que publicas, por lo menos hasta ahora. También llevo Historias Fantásticas, de Stephen King. Soy su fan nº 1, solo que él todavía no lo sabe.

(Photo by Jim Spellman/WireImage)

Otro tema tratado en la obra son los seudónimos. ¿Eres realmente Darío Lozano?

A veces yo me hago la misma pregunta. No lo sé, no estoy seguro. Mis mayores me dijeron que sí, que yo era Darío Lozano, pero ¿y si mintieron? ¿Y si se equivocaron? ¿Y si era Darío Lozano, pero ya no lo soy? ¿Y si lo soy, pero ya no soy el que era? ¿Y si soy Darío Lozano, pero antes no lo fui? ¿Qué significa ser Darío Lozano? Todo esto es muy confuso.

En relación a tu pegunta, sí, firmo con el mismo nombre que aparece en mi carné del videoclub.

La infancia de uno de los protagonistas (digamos el alfa) está marcada por la lectura de Dickens, Dumas, Verne… ¿Fueron tus lecturas de niñez y adolescencia? ¿Qué huella te dejaron?

Dickens lo fue más en la adolescencia tardía (en la que todavía me hallo). Disfruté de Verne y Dumas desde que tengo uso de razón, en sus varios formatos (como todo el mundo). En algunas escenas de El Jinete de la Tormenta los mayores leen y hablan a sus pequeños sobre estas historias clásicas, me hubiera gustado mucho que eso me hubiera ocurrido a mí. De hecho, me gustaría mucho que eso pasara normalmente en las familias, pero, con la deriva tecnológica a la que nos dirigimos, me parece algo ya utópico. Sí crecí con acceso a una librería sensacional, donde Mortadelo y Filemón y el Club de los cinco se guardaba en el mismo estante que, por ejemplo, Stephen King, Gabriel García Márquez, John Kennedy Toole, Camilo José Cela, Lucía Etxebarría o Sidney Sheldon. Creo que, para un niño y un adolescente, crecer con una librería enorme, desordenada y caótica es toda una bendición para su formación como persona, no le delimita ni le direcciona en lo que debería leer y lo que no.

Dicho protagonista tiene un método casi científico para elaborar sus obras más comerciales. ¿Tienes un método de trabajo? ¿Eres disciplinado o agarras el cuaderno y el bolígrafo cada vez que una musa se presenta sin avisar?

Soy de los que caza un disparador (una idea genial para una historia que aparece de la forma más inesperada) y la deja a fuego lento en su imaginación por un tiempo indeterminado. Durante todo ese tiempo, esta idea me acompaña a todos lados y en todo momento. Sí, soy de los que sonríen y asienten en una conversación pero que en raras ocasiones atienden, de los que se desconcentran con una mosca, de los que pisan todas las mierdas de la calle y de los que miran al tendido ensimismados, normalmente con un dedo sospechosamente cerca de la nariz. Cuando consigo cerrar un principio y un final, comienzo con esquemas y escaletas, índices y dibujos. Luego me documento con libros, documentales, películas y el universo digital para saber más de la historia. Cuando programo el navegador en modo creativo, ya tengo todo el trabajo hecho, solo me falta poner las palabras. Soy bastante inaguantable durante todo ese proceso, que dura meses, o años, por lo que, por lo normal, soy una persona bastante inaguantable.

¿Cuál fue tu disparador para El Jinete de la Tormenta?

Trasteaba en la cocina escuchando Rock Fm, cuando el Pirata contó la noticia de que a Malcolm Young, fundador y guitarrista de AC&DC, le habían diagnosticado demencia con pérdida de memoria a corto plazo. La idea me vino de repente, me poseyó y ya no me dejó en paz. De ahí a El Jinete de la Tormenta sólo hay un paso, de 4 años, pero un paso al fin y al cabo.

La historia de Víctor (protagonista beta, podríamos decir) tiene el tono jocoso de autores como Tom Sharpe, Eduardo Mendoza o John K. Toole (con homenaje incluido a La conjura de los necios). Sin embargo, las intrahistorias del resto de protagonistas son una suerte de descenso a los infiernos (la de Esteban, en concreto, recuerda en cierto modo a la crudísima Intemperie, de Jesús Carrasco). ¿Tuviste desde el principio la intención de combinar ambos tonos o fueron surgiendo según el carácter y vida de cada personaje?

Sí, desde el principio busqué dos tonos diferenciados que transmitieran el mismo mensaje en historias independientes pero interconectadas. Concibo El Jinete de la Tormenta como unas matrioshkas rusas: una historia que encierra una historia que a su vez encierra una historia pero que son y han sido siempre la misma historia; esto es, en el jinete, relaciones malogradas por toma de decisiones equivocadas y la gran capacidad de redención que tenemos, que debe comenzar en uno mismo para extenderse a quienes nos rodean.

La noche parece ser el escenario ideal para según qué historias y sucesos. ¿Crees que habría novela si Víctor hubiera sido recepcionista de mañana o tarde?

Lo que ocurre en los turnos de noche en hoteles no ocurre en otros turnos ni en otros sitios. Cuando una persona se aloja en un hotel, lejos de casa, sin nadie que le reconozca ni pueda dar testimonio de sus actos, que cuenta, mediante pago, con una serie de servicios y productos cuyo único límite es su imaginación, se muestra como realmente es, o como realmente quisiera ser si su vida normal y sus responsabilidades no le ataran a su personalidad «oficial». O como realmente quisiera ser un poquito, un rato nada más, y luego volver a su yo de siempre. Vivir una excepción que le permita soportarse y soportar la vida que lleva durante más tiempo.

Como ves, volvemos a tratar el tema de las diferentes identidades de las personas.

Como ejemplo, te planteo la siguiente situación: una persona que llega a una ciudad que no es la suya a dar una charla magistral en un simposio durante el día, ¿es la eminencia médica, padre de familia y marido atento que todo el mundo cree, o eldepredador sexual que, cuando llega la noche, descuelga el teléfono de la habitación para que su esposa no le moleste mientras monta una juerga antológica con dos travestis, una montaña de coca, pastillas azules y ríos de alcohol? ¿Quién es en verdad esta persona?

En El Jinete de la Tormenta también se abre un debate sobre superhéroes, sirve como metáfora a las identidades complejas y con aristas que tenemos todo hijo de vecino.

Hablamos en la novela del Destino, con mayúscula. ¿Crees que hay un guion? ¿Qué todo está escrito?

Alguna de mis identidades sí lo cree, otras no. A lo largo de la novela el lector encontrará personas con uno u otro punto de vista, algunas llaman Suerte a lo que otras llaman Destino. Que cada uno saque sus conclusiones. La verdad, da un poco igual, al final acabaremos en el mismo sitio, por predestinación o por probabilidad estadística.

Es una novela extensa, compleja y con muchos personajes secundarios. ¿Tuviste claro el esquema desde el comienzo o el resultado final te ha sorprendido, alejándose o desviándose del borrador original sobre la marcha?

La trama y el ritmo me vino con el disparador, así como el principio y el final. Luego he trabajado mucho en la forma. Reescribí el primer borrador desde cero, pensé que iba a ser duro reescribir por segunda vez la misma historia, pero la verdad es que disfruté mucho. Fusioné un par de personajes secundarios, eliminé una subtrama en la que Destino y Libre-Albedrió mantenían una apuesta, cambié varias escenas, un par de puntos de vista y añadí el capítulo de Erika, que es en sí mismo una novela corta y que da sentido a toda la historia. ¿He respondido a tu pregunta?

Es la primera novela que publica, pero la segunda que escribe. ¿Por qué considera que es el momento de El Jinete de la Tormenta y mantiene inédito el otro texto?

Comencé a escribir el Jinete de la Tormenta cuando corregía mi primera novela. Ahora volveré a este primer proyecto antes de comenzar el tercero, que también tiene trama y ritmo. Tengo muchas ganas de reescribir mi primera novela, reencontrarme con aquellas personas que salieron de mí y moldearles con mi Yo de ahora, a ver qué sale. Como ves, soy un poco maniático.

También escribes relatos de terror, incluso has participado en alguna antología.

Como lector, disfruto de las novelas que no se pueden catalogar, o de las que se hibridan tanto que uno no sabe si lee una policiaca de terror o un drama distópico, aunque he de confesar que también disfruto de productos totalmente etiquetables, clásicas e incluso clichés, lo que viene siendo una hamburguesa literaria. Como escritor, disfruto mucho creando novelas que no se puedan ubicar fácilmente en un expositor ni escribir una sinopsis en dos líneas, aunque reconozco que también me cobijo en el terror, puro y duro, el miedo por el miedo, la inquietud, la inseguridad, lo paranormal y lo desconocido. Quizá debería crearme un pseudónimo para diferenciar una producción de otra, un alter ego.

Este año participé en una antología con un relato demoníaco ambientado en la Revolución Francesa y próximamente aparecerá en Calabazas en el Trastero (Editorial Saco de Huesos): «La Iglesia de los Rezagados», una visita nada convencional a una iglesia románica de un pueblo abandonado que, además, no existe.

Link a Calabazas en el Trastero

Llegados a este punto, el lector puede pensar que se nos ha olvidado hablar de qué o quién es El Jinete de la Tormenta. Y no, no ha sido un olvido. Lo que ocurre es que la respuesta a esa pregunta es bastante extensa, en torno a las 400 páginas, y preferimos que la descubráis por vosotros mismos, muy pronto, en Boria Ediciones.